Verde imparable y jubiloso, las calles se estrechan ante tal
euforia vegetal.
Los parques se cubren de umbrías creando sombras
impresionistas en el aire y en el suelo. Los pajarines ciudadanos levantan al día, lo arrullan en la
siesta y lo despiden con las últimas luces.
Resucitan de nuevo cuellos, brazos, piernas y rodillas…,
permaneciendo el resto entre algodones y linos livianos. Sandalias y chancletas muestran a los que
hasta ahora han permanecido ocultos. Puerta abierta a los atropellos
coloristas, vestimos con el arcoíris y nos mimetizamos con jardines y
parterres.
Muchos desfallecen
ante la sofoquina confiando adaptarse al nuevo balanceo de esta Tierra que nos
soporta.Otros tantos se euforizan
dejando surgir nuestra parte más animal y sucumbiendo a toboganes anímicos y
promesas de días infinitos. La tercera
edad descansando debajo de los árboles que exhiben incontenibles, sus hojas
infantiles.
¡Qué alegría, qué rogocijo! Por fin está aquí, el calorcito.
¿Cuántos días tardaré en sobrepasar la cantidad tolerable de grados por cm2 de
piel sin que mi humor se resienta, sin que eche de menos las umbrías y los
vientos norteños? Qué falsa, si lo sé, ni contigo ni sin ti. No es culpa mía,
vivo en un cuerpo humano sometida a sus caprichos y sus encantadoras contradicciones.
Necesito ayuda para entender a este compañero de viaje que cada día se hace más patente ¿Hay alguien ahí?
Mientras llega miro...
Necesito ayuda para entender a este compañero de viaje que cada día se hace más patente ¿Hay alguien ahí?
Mientras llega miro...
BANKSY |
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