domingo, 28 de abril de 2019

Verde


Salgo, camino, miro. La retina se vuelve verde. Las calles y avenidas se estrechan. Retrocede el duro asfalto. Avanza el verde móvil de mil tonalidades. Se esponjan los volúmenes vegetales que limitan y contornean los paseos. Progresan, intimidan, imponen un roce pasajero. Amenazan con devorar al gris, marrón, pardo.

Pieles vegetales nudosas, callosas, dan a luz delicados capullos rosáceos antes de decidirse por transformarse en viva esmeralda. Doseles de pétalos malva tiemblan antes caer sobre los bancos de parques y plazas. Se incendian setos de hoja rojiza. Alineaciones de arbolillos de hoja infantil conquistan las medianas. Aristocráticos lirios violeta franquean parterres. Nadie los había visto hasta ahora y volverán en breve a su mutismo anual. Tulipanes multicolores bailan junto a pequeños pensamientos ritmos coloridos dentro de jardines de todos los tamaños. Arbolillos de tupida copa-nido se ofrecen a los ruidosos gorriones del barrio. Alfombras vivas de margaritas y amarillas son estrellas fugaces en el césped ciudadano.

Cómo contaminarme de esta energía.