Sol
crepuscular en una playa del Cantábrico. Luz rasante que difumina
contornos, dora tonalidades y ensombrece recovecos. Escenario que no
deja de cambiar en su tozuda permanencia. La playa se ensancha y
empequeñece por puro antojo de la luna. A ratos es infinita y la
persigues en su huida para luego obligarte a retroceder con premura
suave. Y siempre el silencio sonoro que componen brisa y oleaje.
Todo se amortigua y difumina.
A
la vista de todos, todos somos invisibles. Una mujer, cómodamente
sentada en una sillita plegable, dibuja a su hija dando colores
rápidos con sus acuarelas. Una madre lee un cuento a su niña que se
seca al sol, mientras su hermano se embadurna de arena y su padre
otea vigilante al tercero que está nadando en las olas. Dos amigos
juegan con unas palas intentando que la pelota no toque el mullido
suelo. Una señora lee un libro protegida de los juguetones rayos del
sol con unas gafas que la aislan. Dos bebes, pringados de arena hasta
los ojos, caen sobre sus padres, que tumbados sobre las toallas,
intentan sin éxito dar una cabezadita. Un grupo de jóvenes juegan
mientras permanecen tumbados en círculo. Tres parejas de adultos
intentan, bajo sus toallas, ponerse el bañador creando, mediante sus
posturas, una situación cómica celebrada por todos. Una anciana,
protegida por una sombrilla, sonríe ante los juegos del nieto. Por
aquí y por allá hay solitarios, parejas y grupos que sestean
inmutables a todo lo que ocurre a su alrededor.
Todos
dejamos fluir el tiempo al ritmo de la marea. Somos invisibles en
nuestra presencia, los unos para los otros y eso concentra nuestros
esfuerzos de abandono ocioso. Estamos entregados a la tarea personal
de ver pasar el tiempo y son el agua, la luz, los que nos
recuerdan su existencia. Derrochar los minutos en tareas
insustanciales, triviales y placenteras. Ocupar el tiempo en
regalarlo. No escatimar esfuerzos en despilfarrar valiosos segundos
en nimias actividades. Observar que el tiempo pasa porque la playa
cambia. ¿Hay forma más fructífera de entregarse a lo inútil?
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