sábado, 28 de mayo de 2016

Curriculum vitae de despropósitos


A la manera del profesor de Princeton que ha hecho público el curriculm vitae de sus fracasos, Elisenda, lápiz en mano, se dispone a componer la lista de sus fracasos vitales. Todos los "quiero y no puedo", los "intento y no sale", aquellos "me lo propongo y no hay forma". Negro sobre blanco, todos juntos saltando amenazantes desde el papel a la autoestima.

Elisenda se reconoce dispersa, incongruente, vagabunda en ellos. Asuntos de gran calado conviven junto a auténticas memeces. Algunos sólo han necesitado una oportunidad para ser descartados ante lo improductivo del intento. Otros, contumaces y repetitivos, aparecen como obsesiones que no se convencen ante la inutilidad de sus intentos reiterados, episódicos, cíclicos.

Aunque el resultado ha sido siempre el mismo, fracaso, el proceso le ha dejado regustos variopintos. Algunos le han llenado de satisfacción hasta pensar que había que hacerlo, que el resultado no importaba ante el hecho de ponerse en funcionamiento asumiendo el "que por intentarlo no sea". Pero otras, le han producido un regusto amargo, vacío, una sensación de haber iniciado un camino en el que se ha demostrado una mema integral de primer orden. Fatigas improductivas, ilusiones desperdiciadas, proyectos fallidos, aprendizajes de "ensayo y error", esfuerzos derrochados...

Elisenda levanta la mirada del papel, vagabunda por la habitación, y se reconoce como materia infatigablemente fallida. Deja las hojas sobre la mesa sabiendo que no podrá evitar el seguir intentando equivocarse.


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